- Baja participación marca las históricas elecciones judiciales.
- Críticas por la falta de información, candidatos desconocidos y sospechas de manipulación ensombrecen el proceso.
- Te explicamos lo que ocurrió, quiénes ganan y qué está en juego.
Con solo un 13% de participación, las primeras elecciones judiciales en México dejan más dudas que certezas. Aunque el gobierno celebra la jornada como un “éxito democrático”, la baja afluencia a las urnas y las irregularidades en el proceso generan críticas y desconfianza.
Este domingo, más de 2,600 cargos judiciales fueron sometidos al voto popular por primera vez en la historia del país. Sin embargo, la complejidad de las papeletas, la falta de información sobre los candidatos y el llamado a la abstención por parte de la oposición provocaron que la mayoría de la ciudadanía optara por no participar.
Una elección inédita… y cuestionada
La presidenta Claudia Sheinbaum celebró la participación de 13 millones de votantes y defendió el ejercicio como un avance democrático. Aseguró que México “es el país más democrático del mundo” y reiteró que, si el gobierno quisiera imponer jueces, no habría abierto el proceso a la ciudadanía. Pese a ello, reconoció que el modelo “es perfectible” y que habrá ajustes para 2027, cuando se repita el ejercicio.
Por su parte, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, retirado desde octubre, reapareció en público para votar en Chiapas. Elogió a Sheinbaum como “la mejor presidenta del mundo” y se dijo feliz de participar en una elección de jueces.
Un proceso complejo y apresurado
Las prisas por implementar la reforma judicial, aprobada sin consenso y con poco tiempo, resultaron en una elección confusa para el electorado. Muchos candidatos eran desconocidos, las campañas fueron mínimas y cada persona tuvo que rellenar varias papeletas con nombres específicos, como si se tratara de un examen.
Solo en contados países se elige a jueces por voto directo, y ninguno con la magnitud de cargos como en México. Además, la selección previa de aspirantes estuvo en manos del Poder Ejecutivo y Legislativo, lo que desató críticas por la inclusión de perfiles sin experiencia, cuestionables o incluso relacionados con el crimen organizado.
La oposición se abstuvo, pero ahora exige vigilancia
Partidos como el PAN llamaron al boicot del proceso, lo que contribuyó al bajo porcentaje de votos. Aun así, su líder nacional, Jorge Romero, pidió a los jueces electos que demuestren su independencia del poder político y actúen con objetividad.
Casos donde solo había un candidato aprobado en la boleta también generaron desconfianza, anulando en la práctica la idea de una elección real.
Una promesa de justicia bajo la sombra de la duda
Aunque el gobierno presenta esta elección como un paso decisivo contra la corrupción judicial, muchos ciudadanos desconfían de que el voto popular, por sí solo, solucione los problemas de impunidad. México registra más del 90% de delitos sin castigo, y miles de personas inocentes siguen en prisión sin sentencia.
La gran pregunta ahora es si los jueces electos estarán a la altura del reto o si, como temen algunos analistas, serán percibidos como afines al poder que los propuso, debilitando aún más la ya golpeada credibilidad del sistema de justicia.
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