La reforma al Poder Judicial impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador aprobada por la Cámara de Diputados con el respaldo de las fracciones parlamentarias de Morena, el PT y el PVEM.
Esta reforma, considerada la más profunda en la judicatura desde 1994, propone que a partir del próximo año todos los jueces federales, incluidos los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), electos mediante el voto ciudadano.
El mandatario electo, Claudia Sheinbaum, ha respaldado esta iniciativa, haciendo de ella una de sus prioridades políticas. Por su parte, las formaciones opositoras, PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, votaron en contra, aunque su rechazo simbólico debido a la mayoría aplastante del bloque oficialista, que tiene la capacidad de aprobar enmiendas constitucionales sin mayores obstáculos.
La enmienda, que aún debe ratificarse por el Senado, fue votada en una sede alterna a la Cámara baja, luego de que trabajadores del Poder Judicial tomaran el recinto de San Lázaro en protesta. La sesión se llevó a cabo en un pabellón deportivo al oriente de Ciudad de México, bajo fuertes medidas de seguridad.
MONREAL DEFIENDE LA REFORMA
Durante la sesión, el jefe de la bancada de Morena, Ricardo Monreal, defendió la reforma, calificándola como una respuesta al “hartazgo del pueblo” ante lo que llamó la “dictadura del birrete y la toga”. Monreal acusó al Poder Judicial de usurpar funciones del Legislativo, señalando que se ha convertido en un instrumento de la derecha para frenar las reformas promovidas por el gobierno.
La oposición, representada por PAN, PRI y MC, coincidió en la necesidad de una reforma al Poder Judicial, pero se distanció de la propuesta de Morena. Argumentaron que la medida generaliza la corrupción en la judicatura y pone en riesgo la independencia del Poder Judicial. Julen Rementería, del PAN, advirtió que la enmienda implica la «destrucción» de uno de los poderes fundamentales de la Unión mexicana, acusando al oficialismo de instaurar una autocracia.
A pesar de las críticas, los legisladores oficialistas insistieron en que la reforma no afectará los derechos laborales de los trabajadores del Poder Judicial y defendieron su independencia. Concluida la discusión, el bloque Morena-PT-PVEM, entre vítores a López Obrador y Sheinbaum, proclamó: «¡La reforma va!».
0 comentarios