- Familia Azul marcha por la inclusión en el Día Mundial del Autismo.
- Desde temprana hora, el punto de reunión fue la avenida Escobedo.
- Al finalizar, la asociación ofreció un desayuno a los niños y jóvenes autistas.
Torreón, Coahuila.– En un ambiente de respeto, empatía y amor, la asociación civil Familia Azul conmemoró este domingo el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo con una caminata sobre el Paseo Colón, a la que se sumaron cientos de familias vestidas de azul, en muestra de apoyo y visibilización hacia las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Desde temprana hora, el punto de reunión fue la avenida Escobedo, donde padres, madres y niños se formaron para iniciar el recorrido que arrancó en punto de las 8:50 de la mañana, bajo un clima frío pero cargado de calidez humana.
Durante el trayecto, que avanzó en silencio desde Escobedo hasta avenida Morelos, se observaron carteles con frases como “Ámame, motívame, compréndeme, guíame, pero sobre todo acéptame como autista” o “Todos podemos aprender, pero no de la misma manera, ni al mismo tiempo”, los cuales buscaban generar conciencia sobre los derechos y necesidades de quienes viven con esta condición.
La caminata fue custodiada por una patrulla de Vialidad, mientras familias enteras, incluso con mascotas y carriolas, se unieron al recorrido, que dio tres vueltas por el Paseo Colón y concluyó cerca de las 10:00 horas.
Al finalizar, la asociación ofreció un desayuno a los niños y jóvenes autistas, y posteriormente organizó una visita al Bosque Venustiano Carranza, donde pudieron disfrutar de juegos mecánicos y un rato de esparcimiento.
“El autismo no se cura, pero se puede acompañar”
Martha Monsiváis Pamplona, fundadora y directora de Familia Azul, agradeció la participación de todos y destacó que este tipo de actividades tienen como objetivo visibilizar, sensibilizar y generar empatía en la sociedad.
“Formé esta asociación hace ocho años porque también soy mamá de un hijo con autismo. Queremos que otros padres sepan que no están solos. Nos reunimos cada mes para compartir experiencias, apoyarnos y también escuchar a especialistas como psicólogos y tanatólogos”, explicó.
Monsiváis hizo énfasis en que aunque el autismo no es una enfermedad, las familias atraviesan un duelo emocional al recibir el diagnóstico. “No es una pérdida física, pero sí vivimos un duelo. Es necesario llegar a la aceptación para poder acompañar y respetar la condición de nuestros hijos. El autismo no se cura, naces y mueres con él”.
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