- Stellantis detiene producción y despide empleados.
- Los aranceles buscan incentivar la producción de vehículos en EE.UU.
- Expertos como John Paul MacDuffie, de la Universidad de Pensilvania, advierten que estos cambios generan incertidumbre.
La automotriz Stellantis anunció la suspensión temporal de operaciones en dos de sus plantas, ubicadas en Windsor (Canadá) y Toluca (México), además del despido de 900 trabajadores en Estados Unidos. La decisión llega un día después de que el expresidente Donald Trump impusiera aranceles globales del 10 % a la industria automotriz extranjera.
Impacto en las plantas de Stellantis
Las plantas afectadas por los despidos en EE.UU. incluyen Warren Stamping y Sterling Stamping en Michigan, así como Indiana Transmission, Kokomo Transmission y Kokomo Casting en Indiana. Según reportes de ABC News, la empresa está evaluando los efectos a mediano y largo plazo de estos aranceles, que entraron en vigor a la medianoche del miércoles.
Aranceles y su impacto en la industria automotriz
Los aranceles buscan incentivar la producción de vehículos en EE.UU., pero representan un reto considerable para las automotrices. Durante décadas, la industria ha desarrollado cadenas de suministro globales, donde México aporta mano de obra más económica, mientras que EE.UU. y Canadá ofrecen tecnología y manufactura especializada.
Expertos como John Paul MacDuffie, de la Universidad de Pensilvania, advierten que estos cambios generan incertidumbre, ya que modificar cadenas de suministro optimizadas tomará años. Sam Fiorani, analista de AutoForecast Solutions, señala que marcas como Toyota, Mazda y Subaru serán las más afectadas debido a su alta dependencia de importaciones.
«Los aranceles impactarán directamente en las ganancias de General Motors, Stellantis y Ford en los próximos trimestres, costándoles miles de millones de dólares», afirma Fiorani.
Consecuencias para los consumidores
El impacto de estas medidas también se reflejará en los precios de los automóviles. Beata Caranci y Andrew Foran, analistas de TD Economics, estiman que el costo de los vehículos nuevos en EE.UU. podría aumentar hasta en 5,000 dólares, e incluso hasta 10,000 dólares si el gobierno aplica impuestos adicionales a autos ensamblados en México y Canadá.
Con la industria aún recuperándose de la crisis por la pandemia y la escasez de semiconductores, el encarecimiento de los vehículos podría dificultar su adquisición para muchos compradores.
«El efecto dominó podría poner a pequeños proveedores fuera del negocio y dejar a más trabajadores desempleados», concluye Fiorani.
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