- Reforma judicial provoca caída del peso mexicano.
- El peso mexicano inició la jornada en niveles de 19.79 unidades por dólar.
- La polémica reforma judicial ha generado preocupación más allá de las fronteras de México.
La reciente aprobación de la reforma al Poder Judicial en México por parte de la Cámara de Diputados ha generado un impacto negativo en la cotización del peso mexicano. Cerca de las 11 de la mañana, la divisa presentó una depreciación del 0.67 por ciento, situándose en alrededor de 19.9194 pesos por dólar, reflejando la incertidumbre en los mercados.
El peso mexicano inició la jornada en niveles de 19.79 unidades por dólar, mostrando estabilidad después de la aprobación de la reforma en lo general durante la madrugada. Sin embargo, la situación cambió drásticamente cuando la Cámara baja continuó con la discusión y aprobó la reforma en lo particular. Este escenario, junto con el riesgo de recesión en Estados Unidos, ha generado presiones adicionales sobre el tipo de cambio, acercando nuevamente al peso al nivel psicológico de 20 pesos por dólar.
Preocupación Internacional y Volatilidad en los Mercados
La polémica reforma judicial ha generado preocupación más allá de las fronteras de México. Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, advirtió que esta reforma podría causar «muchísimo daño» en las relaciones entre ambos países, preocupación que también se extiende entre los agentes económicos estadounidenses.
En el ámbito internacional, la mayoría de las divisas ganan terreno frente a un dólar debilitado, con una caída del 0.48 por ciento según el índice ponderado DXY, que mide su desempeño frente a seis monedas internacionales. A esto se suma un ambiente de pesimismo en los mercados globales, impulsado por preocupaciones sobre el crecimiento económico en China y la desaceleración en el sector industrial de Estados Unidos.
El entorno económico se complica aún más con la expectativa de que la Reserva Federal (Fed) podría bajar las tasas de interés de manera más agresiva. Sin embargo, el temor es que estas medidas lleguen demasiado tarde para evitar una desaceleración significativa en la economía estadounidense, lo que ha generado un ajuste notable en la rentabilidad exigida al bono estadounidense a 10 años, que se sitúa en torno al 3.80 por ciento.
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