Estados Unidos se ha consolidado como el principal proveedor de remesas para México, pero el ritmo de crecimiento en los últimos años está comenzando a desacelerarse. En 2023, las remesas enviadas por migrantes mexicanos crecieron un 8% en comparación con el año anterior. Sin embargo, para 2024 se prevé que este crecimiento sea apenas del 3%, con un monto estimado de 65,000 millones de dólares. A pesar de la desaceleración, estas remesas seguirán siendo una pieza clave en la economía de muchas familias mexicanas.
Un estudio de Diálogo Interamericano, elaborado por Manuel Orozco y Patrick Springer, identifica la inflación como una de las razones principales detrás de esta desaceleración. No obstante, señalan que “el volumen de emisiones continuará y desempeñará un papel central en las relaciones entre Estados Unidos y México”.
El tema de la inmigración ha cobrado relevancia en el debate político de Estados Unidos, especialmente en el contexto de las elecciones generales. El Partido Republicano ha impulsado varias iniciativas para gravar las remesas, aunque no todas han tenido éxito. Una de las propuestas más recientes es la del candidato a la vicepresidencia por el partido, J.D. Vance, quien presentó un proyecto de ley que busca imponer un impuesto del 10% a las remesas, argumentando que buena parte de estos fondos termina en manos de grupos criminales.
La propuesta de Vance, llamada Ley de Retención de Ingresos Ilegales que Ingresan a los Mercados de Drogas (WIRED, por sus siglas en inglés), tiene como objetivo desincentivar la inmigración ilegal y reducir el poder financiero de los cárteles. Según el senador por Ohio, los ingresos obtenidos por este impuesto se destinarían a un fondo para fortalecer la seguridad fronteriza.
POSIBLE APROBACIÓN DE UN IMPUESTO A LAS REMESAS
Este tipo de medidas no son nuevas en el Partido Republicano. Desde 2009, el estado de Oklahoma ha aplicado una tasa a las remesas que varía según el monto enviado. Otros estados como Florida, Georgia, Iowa, y Nebraska han intentado implementar iniciativas similares, pero han fracasado. Aun así, los estados de Ohio, Pensilvania y Arizona han reactivado los trámites para aprobar impuestos que podrían oscilar entre el 7% y el 30% para las remesas enviadas por inmigrantes en situación irregular.
La posible aprobación de un impuesto a las remesas tendría un impacto negativo en la economía mexicana, según el informe de Diálogo Interamericano. Durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador, las remesas han incrementado su contribución al PIB, pasando del 2.8% en 2019 al 4.2% en 2023.
El 96% de las remesas que recibe México provienen de Estados Unidos, y entre 2017 y 2022, el flujo de dinero enviado desde el vecino del norte creció de manera sostenida, alcanzando un crecimiento del 41% durante la pandemia. Este incremento se debe en parte al aumento de la migración mexicana a Estados Unidos, que ha crecido un 18% en los últimos cinco años.
A pesar de la desaceleración esperada en el crecimiento de las remesas, los expertos prevén que estas seguirán aumentando en los próximos años, aunque a un ritmo más lento. Para mantener esta tendencia al alza, será fundamental que continúe la emigración hacia Estados Unidos, que se mantengan relaciones constructivas entre ambos países y que la economía estadounidense siga estable.
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