- El ascenso imparable de los autos chinos.
- La cuota de mercado de los vehículos chinos ha crecido hasta alcanzar casi el 10%.
- La clave del éxito en mercados emergentes radica no solo en los precios bajos, sino también en una estrategia de marketing agresiva.
A pesar de los esfuerzos de la Administración de Donald Trump por frenar el avance de los autos chinos en los Estados Unidos, estos vehículos están encontrando un mercado ávido en los países emergentes. El reciente anuncio de un arancel del 25% sobre los coches importados desde China no parece ser suficiente para detener la expansión global de marcas como BYD, Great Wall Motor y Chery, cuyas ventas aumentan de manera sorprendente en lugares como Sudáfrica, Brasil y Tailandia.
Mientras los grandes fabricantes de autos estadounidenses como Ford, General Motors (GM) y Stellantis intentan proteger su mercado interno, los fabricantes chinos han logrado conquistar a los consumidores de mercados emergentes con vehículos asequibles y de alta tecnología. Oscar Mabuela, un diseñador web sudafricano, es uno de los muchos compradores que han optado por un modelo chino, un SUV Haval Jolion Super Luxury de Great Wall, a un precio significativamente inferior al de otras marcas reconocidas como Volkswagen.
“Puedo tener toda la tecnología que son extras en marcas conocidas”, comenta Mabuela.
Esta tendencia no es aislada
En Sudáfrica, la cuota de mercado de los vehículos chinos ha crecido hasta alcanzar casi el 10%, un aumento notable respecto al 2% en 2019. En Turquía, las marcas chinas ya representan un 8% del mercado, y en Chile, han ocupado casi un tercio de las ventas en los últimos años. El fenómeno se debe, en parte, a los precios competitivos de estos autos, que en muchos casos son más accesibles para los consumidores que sus equivalentes europeos o estadounidenses.
Por otro lado, la industria automotriz china también está dando un paso firme en el sector eléctrico. Marcas como BYD están liderando la carrera con autos eléctricos de bajo costo y alto rendimiento. Su modelo de carga rápida, que promete cargar un vehículo en solo cinco minutos con una autonomía de 400 kilómetros, ha impresionado a los inversores, lo que elevó el valor de las acciones de la compañía a niveles históricos.
Sin embargo, a pesar de la competencia creciente, los gigantes automovilísticos estadounidenses y europeos no se dan por vencidos. Empresas como Ford y GM están optando por colaborar con fabricantes chinos para seguir siendo competitivas en mercados emergentes. A su vez, marcas como Toyota, Honda y Nissan han comenzado a sentir la presión de estos nuevos competidores, quienes se han beneficiado de políticas favorables en países como Tailandia, que ha incentivado la venta de vehículos eléctricos a través de subsidios y exenciones fiscales.
La clave del éxito de los autos chinos en mercados emergentes radica no solo en los precios bajos, sino también en una estrategia de marketing agresiva. En Brasil, la firma Great Wall ha utilizado a figuras como el DJ Alok para promocionar sus modelos, mientras que BYD ha recurrido a la imagen de Pelé para atraer a los consumidores brasileños.
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