- ‘Tengo que morir todas las noches’: vida LGBT+ en los años 80.
- Esta serie no solo entretiene, sino que también educa y visibiliza, dejando una marca significativa.
- A través de ocho episodios, la producción dirigida por Ernesto Contreras nos transporta a una época marcada.
En el reciente estreno de Prime Video, la serie mexicana ‘Tengo que morir todas las noches’ emerge como un hito cultural, explorando la compleja realidad de la comunidad LGBT+ en la década de 1980 en la Ciudad de México, entonces Distrito Federal.
A través de ocho episodios, la producción dirigida por Ernesto Contreras nos transporta a una época marcada por la libertad emergente y la sombra de la represión social y el VIH/SIDA.
Ernesto Contreras, director y mente detrás de algunos episodios, comparte los desafíos de adaptar el libro homónimo de Guillermo Osorno:
«Fue un trabajo intenso de ficcionalización basado en las crónicas de Guillermo, creando un desarrollo dramático que enganchara al público».
La serie captura la esencia visual de los años 80 mediante meticuloso diseño de producción, vestuario, maquillaje y una banda sonora que transporta al espectador a esa histórica era de la Zona Rosa.
«Para lograr la calidad visual, fue crucial el trabajo junto a Bárbara Enriquez en el diseño de producción, quien ayudó a recrear de manera auténtica ese universo ochentero», enfatiza Contreras, destacando la importancia de la investigación visual y la memoria personal para dar vida a los escenarios y personajes.







La serie no solo se centra en Guillermo, interpretado por José Antonio Toledano, sino que también presenta una narrativa coral que abarca diversas identidades LGBT+, con actuaciones destacadas de David Montalvo, Brays Efe, Cristina Rodlo, Humberto Busto y Silvia Navarro. Contreras subraya:
«Es una serie queer, no gay, que permite explorar una galería de personajes con sus propios conflictos y experiencias, todo desde una perspectiva de género inclusiva y sin tabúes».
Contreras, conocido por su exploración de la diversidad en el cine mexicano, expresa su interés en abordar las relaciones humanas desde múltiples ángulos.
«En ‘Tengo que morir todas las noches’ busqué normalizar y abrir nuevas perspectivas para el espectador, visibilizando la inclusión y la representación», afirma el director, quien también reflexiona sobre el momento «fenomenal y dorado» del cine mexicano, con una diversidad de voces emergentes y establecidas.
Con respecto al futuro del cine mexicano, Contreras espera que la nueva administración federal apoye adecuadamente a la industria cinematográfica, reconocida internacionalmente por su valor cultural.
«Hay un enorme reconocimiento y demanda por el cine mexicano en el mundo. Es crucial mejorar las condiciones de producción y distribución para seguir siendo un embajador cultural», concluye.
‘Tengo que morir todas las noches’ no solo promete ser un hito en la representación LGBT+ en la pantalla, sino también una ventana a una época de transformación y desafíos en la historia reciente de México.
Esta serie no solo entretiene, sino que también educa y visibiliza, dejando una marca significativa en la narrativa televisiva contemporánea.
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