- El terror distópico: Entre la ciencia ficción y realidad de tecnología.
- Lo que comenzó como un refugio virtual se convirtió en un vínculo tóxico,.
- En un mundo cada vez más digital, es crucial que la sociedad reflexione sobre los efectos de la tecnología.
La fascinación por lo desconocido ha llevado a muchos a explorar el terror en sus diversas formas. Tradicionalmente, criaturas como el Chupacabras o el Hombre Lobo han sido el eje de historias fantásticas. Sin embargo, un subgénero del terror ha comenzado a cobrar protagonismo: el distópico. Series como «Black Mirror» y la reciente película «La sustancia«, dirigida por Coralie Fargeat y protagonizada por Demi Moore, nos hacen confrontar un nuevo tipo de miedo: el que surge de la tecnología y la ciencia.
Este miedo, que antes parecía relegado a la ficción, se ha vuelto cada vez más real y cercano. Un caso que ejemplifica esta transformación es el de Sewell Setzer, un adolescente de 14 años de Florida. Ante dificultades para establecer relaciones sociales, Sewell encontró consuelo en un chatbot inspirado en Daenerys Targaryen de «Game of Thrones».
Lo que comenzó como un refugio virtual se convirtió en un vínculo tóxico, llevándolo a tomar la trágica decisión de quitarse la vida. Esta historia, que evoca la atmósfera de «Black Mirror«, nos obliga a reflexionar sobre el verdadero impacto de la tecnología en nuestras vidas.
La psicóloga y especialista Jorgelina Sannazzaro, autora de una de las primeras críticas sobre «Black Mirror», destaca la relevancia de este género en la actualidad.
“La ciencia ficción se alimenta de la especulación, plantea interrogantes y posibilidades. Abre alternativas de pensamiento y se nutre de controversias actuales”, explica.
Para Sannazzaro, es esencial cambiar la narrativa del “miedo” por la “percepción del riesgo tecnológico”. “La tecnología puede exacerbar la crueldad o acciones éticamente cuestionables”, añade la doctora en Estudios Sociales de la Ciencia y Tecnología por la Universidad de Salamanca.
Javier Matuk, experto en tecnología, sostiene que muchos de los dilemas presentados en estas obras de ficción son, en efecto, realidades contemporáneas, aunque algunos de los avances aún se mantengan en el terreno de la ciencia ficción.
En un mundo cada vez más digital, es crucial que la sociedad reflexione sobre los efectos de la tecnología y los dilemas éticos que plantea, especialmente cuando los límites entre la ficción y la realidad se desdibujan.
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