- Movimiento Ciudadano manda al PRI al cuarto lugar
- Con 5,151,731 votos en territorio nacional, el PRI ha quedado en el cuarto lugar, una posición que evidencia su pérdida.
- Desplome del PRI: de gigante a casi irrelevante en solo cinco años.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha experimentado una drástica caída en su influencia política en México, pasando de ser una fuerza dominante a una presencia marginal en el panorama electoral.
Con 5,151,731 votos en territorio nacional, el PRI ha quedado en el cuarto lugar, una posición que evidencia su pérdida de relevancia y poder. Este total incluye la suma de la votación emitida tanto en territorio nacional como en el extranjero.
Hace cinco años, el PRI era una fuerza política robusta, gobernando en varios estados y con una influencia considerable en el Congreso de la Unión.
Sin embargo, la situación actual es drásticamente diferente. En 2024, solo dos estados, Coahuila y Durango, son gobernados por el tricolor, después de haber perdido una significativa cantidad de territorio a manos de otros partidos, especialmente Morena.
En las elecciones de 2021, el PRI sufrió una devastadora derrota, perdiendo el control de ocho estados, la mayoría de los cuales fueron ganados por Morena.
Esta tendencia continuó en 2022, cuando el partido perdió dos bastiones históricos: Hidalgo y Oaxaca. El golpe más reciente y simbólico ocurrió en 2023, cuando el PRI perdió el Estado de México, una entidad que había gobernado casi ininterrumpidamente durante casi un siglo.
El declive del PRI es evidente al comparar su situación actual con la de 2019, cuando todavía gobernaba en 12 entidades y mantenía una fuerte influencia territorial.
Movimiento Ciudadano manda al PRI al cuarto lugar
Hoy, el partido se encuentra en una posición vulnerable, con su poder reducido a solo dos estados. Esta reducción drástica de su influencia contrasta con el ascenso meteórico de Morena, que ahora domina en 21 estados.
En 2024, el PRI gobierna solo en Durango y Coahuila. En este último, Manolo Jiménez ganó las elecciones de 2023, consolidando el control del partido en esa región.
Estos dos estados representan un voto duro que ha permitido al PRI mantener una presencia mínima en el mapa político nacional.
Comparativamente, el PRI está en una situación similar a la de Movimiento Ciudadano, que gobierna en Jalisco y Nuevo León.
Movimiento Ciudadano, un partido joven, ha logrado expandir su poder e influencia en un corto período. Por otro lado, el PAN gobierna en cinco estados: Chihuahua, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Yucatán.
Según datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), al corte de la madrugada del 3 de junio, las preferencias electorales en las 32 entidades federativas muestran un claro dominio de Morena, seguido por el PAN, y con el PRI relegado a un distante cuarto lugar.
El desplome del PRI es un reflejo de los cambios profundos en la política mexicana. El partido que alguna vez fue sinónimo de poder y estabilidad enfrenta ahora el desafío de reinventarse y recuperar la confianza del electorado.
La pérdida de territorios estratégicos y el ascenso de nuevas fuerzas políticas obligan al PRI a reconsiderar su estrategia y adaptarse a un nuevo contexto político.
En resumen, el panorama electoral en México ha cambiado drásticamente en los últimos cinco años. El PRI, que alguna vez fue un gigante político, ahora se enfrenta a un futuro incierto con una presencia reducida y la necesidad de redefinir su rol en la política nacional.
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