• Brote de hepatitis A en escuela de Lerdo: una muerte y pánico entre padres.
• La comunidad educativa de Nazareno enfrenta un serio desafío ante el temor de un brote de hepatitis A.
• El acceso limitado a agua potable es un problema crítico

Lerdo.- La trágica noticia de una niña de nueve años fallecida por hepatitis A ha sembrado el temor entre los padres de la comunidad de Nazareno, en el municipio de Lerdo. El brote de la enfermedad no solo ha cobrado una vida joven sino que también ha dejado a dos hermanos de la víctima gravemente enfermos, desatando una ola de preocupación y grandes ausencias en la escuela primaria Cuauhtémoc.

Este lunes, la escuela experimentó un notable descenso en la asistencia, con solo el 30% de los estudiantes presentes. La situación se agrava al considerar que siete alumnos más presentan síntomas que sugieren una posible infección. La hepatitis A, conocida por transmitirse a través del consumo de agua y alimentos contaminados, pone de relieve las deficiencias en las condiciones sanitarias y de higiene de la institución.

La noche anterior al día de baja asistencia, una maestra de primer grado comunicó por WhatsApp que, debido a la crisis de salud y otros problemas como la falta de agua y las altas temperaturas, la dirección escolar contemplaba la posibilidad de impartir clases en línea temporalmente. La comunicación destacaba que no se pasaría lista y se instaba a los padres a no enviar a sus hijos si mostraban síntomas de la enfermedad.

La confirmación del diagnóstico de hepatitis A en los siete menores aún está pendiente

A pesar de estas medidas, la confirmación del diagnóstico de hepatitis A en los siete menores aún está pendiente, aunque algunos ya presentan diarrea, vómito y dolor abdominal. La situación se complicó aún más después de las vacaciones de Semana Santa, lo que sugiere un posible descuido en las medidas preventivas durante el periodo no lectivo.

El director de la escuela, Óscar Arellano de León, en colaboración con los padres de familia, ha tomado medidas como la limpieza general de las instalaciones y el cierre temporal de la tiendita escolar. Además, se ha promovido el uso de cubrebocas y gel antibacterial, y se ha recomendado que los alumnos lleven comida preparada en casa.

A nivel local, las autoridades de salud han intervenido, tomando muestras para analizar la calidad del agua y proporcionando información sobre la prevención de la hepatitis A. Sin embargo, el acceso limitado a agua potable es un problema crítico, como lo refleja el testimonio de Estefany Rentería, una madre cuya familia afectada por la enfermedad.

Este brote no solo afecta la salud y el bienestar de los estudiantes sino que también plantea serias preguntas sobre la equidad y la calidad de vida en comunidades menos favorecidas.