- México se prepara para su tercer Mundial.
- Con la mira puesta en la historia: estadios renovados, economía digital y la ilusión de superar los cuartos de final.
- Se esperan más de 3 mil millones de dólares en derrama económica y millones de visitantes en CDMX, Guadalajara y Monterrey.
A menos de dos años del arranque del Mundial de Fútbol 2026, México afina su estrategia dentro y fuera de la cancha. La Selección Mexicana, dirigida por Javier Aguirre, disputará al menos 15 partidos preparatorios frente a potencias como Argentina, Ecuador y Colombia, con el objetivo de romper el techo histórico de los cuartos de final y aprovechar su condición de anfitrión.
Pero el reto va mucho más allá del césped. México, junto con Estados Unidos y Canadá, espera ingresos récord por más de 11.000 millones de dólares, según estimaciones oficiales. Solo el territorio mexicano podría captar 3.000 millones de dólares en derrama económica y recibir 5,5 millones de visitantes internacionales.
“La actividad económica del país crecerá en 235% durante el evento; es cuatro veces más que lo que genera un Gran Premio de Fórmula 1”, destacó Mikel Arriola, presidente de la Liga BBVA MX y comisionado interino de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF).
Un país en remodelación
Para alcanzar esa meta, los gobiernos federal, estatales y municipales están invirtiendo miles de millones de pesos en infraestructura, conectividad y seguridad, especialmente en las tres ciudades sede: Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
Mientras los estadios BBVA y Akron presumen de instalaciones modernas, el legendario Estadio Azteca —escenario de las coronaciones de Pelé y Maradona— vive una profunda remodelación bajo la supervisión de la FIFA.
Sin embargo, el país enfrenta retos logísticos significativos: el AICM ha sufrido inundaciones recientes y una caída en los rankings internacionales de conectividad.
La inversión total del sector futbolero rondará los 15.000 millones de pesos (810 millones de dólares), con 24.000 empleos generados y 500 millones de dólares aportados por clubes de la Liga MX para modernizar estadios y áreas aledañas.
Un Mundial sin efectivo
El Mundial también será un laboratorio de digitalización económica. Empresas como Mastercard impulsan la meta de que los visitantes puedan pagar todo —desde el transporte hasta los tacos callejeros— sin usar billetes.
“Somos una economía que todavía depende del efectivo, pero estamos acelerando la adopción de pagos digitales. 2026 nos agarra en un buen momento de la curva”, explicó Mauricio Schwartzmann, director general de Mastercard México.
Impacto turístico y legado deportivo
La inauguración se celebrará el 11 de junio de 2026, con partidos de fase de grupos, dieciseisavos y octavos de final jugados en México. Además, el país busca convertirse en sede de la Copa Mundial Femenina de 2031, lo que ampliaría su proyección internacional.
El desafío, sin embargo, será evitar el abandono de las sedes tras el evento. La Liga MX y la FMF esperan que las mejoras permanentes en estadios, accesos y conectividad atraigan más inversiones y nuevos aficionados.
Actualmente, la Liga MX está valuada en 3.000 millones de dólares, pero su impacto total, junto con la Federación, supera los 13.000 millones. En Estados Unidos, 60 millones de aficionados siguen los partidos mexicanos, lo que representa su mayor mercado televisivo.
El costo de la experiencia mundialista
Asistir al Mundial 2026 no será barato. De acuerdo con Kueski, el gasto promedio para un aficionado —incluyendo vuelos, hospedaje y boletos— oscilará entre 38.000 y 69.000 pesos por persona (hasta 3.800 dólares), un 20% más caro que Brasil 2014, aunque más accesible que Qatar 2022.
En la Ciudad de México, los hoteles estiman tarifas promedio de 180 dólares por noche, con 70% de ocupación durante los partidos.
“El reto será mantener ese nivel de ocupación después del Mundial y que los turistas sigan viniendo por otros atractivos culturales”, señaló Alberto Albarrán, presidente de la Asociación de Hoteles de la Ciudad de México.
El Mundial 2026 promete ser un hito histórico para México: una oportunidad para mostrar su potencial organizativo, turístico y deportivo… y quizá, para vivir el sueño de llegar más lejos que nunca.







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