Entre 1930 y 1970, el artista de origen libanés se dedicó a la publicidad y retrató a las grandes estrellas de la época
Es muy poco probable que en México alguien no fuera seducido por alguna de las fotografías de Tufic Yazbek (1917-1979) durante las décadas que pasaron de 1930 a 1970. Todas inundaban las páginas de diversas revistas donde se publicitaban cientos de productos. Bien conocido por su habilidad de retratista, se volvió en uno de los fotógrafos más buscados por las estrellas de la época de oro del cine mexicano: Dolores del Río, Pedro Infante, María Félix, El Indio Fernández, Mauricio Garcés.
Sin embargo, con tan buena reputación en su momento y un muy extenso legado, su nombre sigue sin formar parte de la lista recurrente de fotógrafos mexicanos que, aparte de haber contribuido de la educación visual en nuestro país, acrecentaron la iconografía de uno de los momentos más importantes para la historia de la cinematografía del país.
Con la muestra Tufic Yazbek. Presencia singular,que se exhibe en el Centro de la Imagen, el curador Edgar Hernández y los hijos del fotógrafo de origen libanés, pretenden revertir este olvido. Se trata de una exhibición representativa con 140 imágenes, del trabajo de Yazbek, desde las perspectivas del retrato de estudio, la fotografía publicitaria e imágenes de la vida cotidiana. Todo ello cruzado con la manera en que el fotógrafo utilizó la representación corporal de sus modelos como parte esencial de su discurso.
“Tufic Yazbeck fue importante en su época porque era un gran retratista y a la par era un fotógrafo de gran habilidad para la construcción de imágenes desde cero. Sólo imagínense, en sus años no había departamentos de mercadotecnia ni de estudios de público, así que tuvo que utilizar toda su creatividad para vender cualquier cosa que le pedían, desde un par de cervezas, hasta cigarros, electrodomésticos, bebidas y muchas otras cosas más.
“Esta exposición no pretende en absoluto ser una retrospectiva, sino un primer acercamiento, amplio y generoso a su trabajo, que en imágenes asciende a cerca de cinco mil fotografías”, señaló Edgar Hernández, en entrevista con El Sol de México.
Sobre su labor publicitaria el curador asegura que Tufic “educó visualmente a varias generaciones de mexicanos”, quienes a través de sus imágenes conocieron formas y estilos de vida que eran considerados modernos para la época y que siguen repercutiendo en nuestros días. Entre las marcas para las que llegó hacer publicidad se encuentran: Coca-Cola, Cerveza Superior, Levi’s, Chocolate Abuelita, y varias otras.
El curador señala que del trabajo de Yazbek destaca su desarrollo de varias técnicas, entre ellas el sistema “Front Proyection”, con que el fotógrafo se valía para crear paisajes panorámicos, que daban perspectiva de mucho fondo, cuando en realidad se trataba de un pequeño estudio.
Hay una sección de la exposición que contrasta con el grueso de lo que se exhibe y que, explica Edgar Hernández, tiene elementos que el fotógrafo recuperó de las vanguardias artísticas como el surrealismo o el dadaísmo. Sin embargo, como gran parte de las imágenes en el archivo de Tufic Yazbek, no hay mucha información sobre sus historias particulares o intenciones.
“Aún hay mucho que estudiar, identificar y clasificar de todo lo que hay en el archivo. Fue apenas hace un par de años que sus hijos decidieron tomar cartas en el asunto y han querido difundir el trabajo de su padre”, concluye el curador.
Tufic Yazbek. Presencia singular, forma parte de una serie de cuatro exhibiciones que se presentan en el Centro de la Imagen y que giran en torno a las diversas formas expresivas del cuerpo humano a partir de su aproximación a temas político-culturales; lo comercial y publicitario; así como lo íntimo y personal.
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