- MARCO de Monterrey: un espacio para la denuncia social.
- La fotografía es parte de la potente exposición titulada Nuevo León: El futuro no está escrito.
- Desde su fundación en 1991, el museo se ha consolidado como un importante promotor del arte contemporáneo.
Una impactante imagen retrata a una joven atrapada en un frigorífico, esos que usan las tiendas minoristas para mantener frías las cervezas. La joven, con el rostro moreno y cansado, mira hacia abajo, pero dibuja una tímida sonrisa.
Sus brazos delgados están extendidos hacia los lados del marco de la puerta del frigo, como si intentara romper el cristal y liberarse.
Esta pieza denuncia la precaria situación laboral de miles de jóvenes que pasan horas encerrados en empleos agotadores, esforzándose por ganar un poco de dinero que les ayude a continuar sus estudios o llevar comida a casa, mientras deben mantener una sonrisa para el cliente.
La fotografía es parte de la potente exposición titulada Nuevo León: El futuro no está escrito, inaugurada en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) en agosto y que estará disponible hasta febrero. El museo busca explorar la complejidad de vivir en una ciudad industrializada que enfrenta tensiones entre modernidad y problemas sociales.
“Intentamos posicionar los discursos desde el norte del país, mostrando a estos artistas que han surgido en Monterrey y que han migrado debido a la falta de infraestructura cultural que sostenga su desarrollo”, explica Taiyana Pimentel, directora de MARCO.
Desde su fundación en 1991, el museo se ha consolidado como un importante promotor del arte contemporáneo en una región donde la cultura parece concentrarse en la Ciudad de México, con más de 200 museos.
Pimentel, quien asumió la dirección del MARCO en 2019, ha enfrentado desafíos significativos, como el cierre por la pandemia de COVID-19.
“Lo que hice fue dirigirme a aquellos artistas de mediana carrera que todavía no habían sido analizados en México”, detalla, mencionando a creadores como Mario García Torres y Damián Ortega. Una próxima exposición destacará el trabajo de Teresa Margolles, cuya propuesta artística se centra en la violencia provocada por el narcotráfico.
La imagen de la mujer en el frigorífico es un ejemplo del compromiso del museo con la actualidad mexicana. Formando parte del trabajo del Colectivo Estética Unisex, la muestra reflexiona sobre las condiciones laborales de jóvenes empleados en grandes franquicias. Las fotografías retratan a estos trabajadores uniformados y obligados a sonreír, a pesar de las extenuantes horas de trabajo.
Homenaje a Aristeo Jiménez
El fotógrafo Aristeo Jiménez, con 46 años de trayectoria, es el artista principal de esta exposición. Su trabajo ha documentado la vida en sectores populares, capturando la belleza y la energía de sus retratos, desde la vida cotidiana hasta la violencia y la prostitución en la periferia urbana. Por otro lado, la fotógrafa Yvonne Venegas muestra una realidad contrastante en San Pedro Garza García, donde la opulencia y el lujo marcan la vida de los habitantes, con imágenes que reflejan la desigualdad social en la región.
Alejandro Cartagena, otro destacado artista, ha capturado a los trabajadores que viajan en camionetas desde la periferia de Monterrey. Sus fotografías son una mezcla conmovedora de humor y realidad que cuestiona las duras condiciones laborales en México.
Un museo para la reflexión
Pimentel está comprometida en convertir el MARCO en un lugar de encuentro y reflexión. Durante los veranos, el museo organiza conciertos en su patio central, atrayendo a jóvenes que nunca antes habían visitado el recinto. Con actividades gratuitas y eventos que fomentan la participación de la comunidad, la directora busca que el museo se convierta en una “plaza pública” donde la gente pueda cuestionar y protestar. “Estoy apostándole mucho a que aquí adentro se vea el conflicto”, concluye Pimentel.
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