• Hipersexualización en videojuegos: ¿Retroceso femenino?
• Los videojuegos han mostrado una evolución significativa en la representación de personajes femeninos.
• El debate está lejos de terminar, y seguirá siendo un tema central en la evolución de los videojuegos.

En las últimas semanas, el lanzamiento del videojuego coreano Stellar Blade ha generado un acalorado debate sobre la representación hipersexualizada de las mujeres en los videojuegos. La protagonista, Eve, se ha convertido en el centro de esta controversia debido a su diseño altamente sexualizado, que incluye pechos desproporcionados, trajes sugerentes y tacones inapropiados para el terreno que atraviesa.

Este fenómeno no es nuevo. Personajes como Tifa de Final Fantasy VII, Quiet de Metal Gear Solid V y Lady Dimitrescu de Resident Evil Village criticados por sus diseños exagerados y poco realistas. Sin embargo, esta tendencia parece contrastar con los avances que la industria había logrado en años recientes para ofrecer representaciones más diversas y menos sexualizadas de las mujeres.

Evolución y Retroceso en la Representación de las Mujeres

Desde 2010, los videojuegos han mostrado una evolución significativa en la representación de personajes femeninos. Se ha intentado crear personajes más complejos e independientes, alejados de la hipersexualización. Ejemplos de ello son Ellie y Abby de The Last of Us y Aloy de Horizon Zero Dawn, quienes se destacan por sus personalidades y acciones más que por su físico.

La evolución de Lara Croft, de Tomb Raider, es otro ejemplo notable. Su rediseño en 2013 reflejó un cambio en la mentalidad de la industria hacia una representación más realista y menos sexualizada de las mujeres. Este impulsado por la creciente participación de las mujeres como consumidoras de videojuegos, que ahora constituyen casi la mitad de los jugadores.

Un Movimiento y su Contramovimiento

A pesar de estos avances, personajes como Eve de Stellar Blade sugieren un retroceso. Marta Trivi, periodista especializada en videojuegos, señala que este fenómeno puede verse como un contramovimiento que intenta revertir los avances logrados en la desexualización de los personajes femeninos. Trivi menciona que, aunque ha habido esfuerzos significativos para combatir la cosificación de la mujer en los videojuegos, siempre existen fuerzas que buscan mantener el statu quo bajo la apariencia de “rebeldía”.

¿Más Machismo en Asia?

La mayoría de los ejemplos de personajes hipersexualizados provienen de juegos asiáticos, lo que ha llevado a cuestionar si Asia es más machista que Occidente en este aspecto. Trivi sugiere que el contexto cultural y social de países como Corea y Japón puede influir en estos diseños, reforzando actitudes machistas a través de los videojuegos.

La Influencia del Gamergate y la Resistencia a la Inclusión

El debate sobre Stellar Blade también revive el conflicto del Gamergate, una lucha entre jugadores conservadores y progresistas que comenzó en 2014. Empresas como Sweet Baby, que promueven la diversidad en los videojuegos, son blanco de críticas por supuesta “inclusión forzada”. Esto refleja la resistencia de ciertos sectores a aceptar cambios en la representación de personajes, especialmente femeninos, en los videojuegos.

Libertad Creativa vs. Corrección Política

Los videojuegos, al igual que otras formas de arte, se encuentran en la intersección entre la libertad creativa y la corrección política. Trivi argumenta que, aunque la sexualización puede ser evidente y molesta en algunos casos, también puede interpretarse como una forma de expresión artística. Un ejemplo claro es Bayonetta, cuyo diseño exagerado reivindicado por algunas comunidades como una parodia de la normatividad sexual.

Conclusión

La controversia alrededor de Stellar Blade y otros videojuegos destaca un problema persistente en la industria: la representación hipersexualizada de las mujeres. Aunque ha habido avances significativos hacia una mayor diversidad y realismo, la resistencia a estos cambios demuestra que aún queda mucho por hacer. El debate está lejos de terminar, y seguirá siendo un tema central en la evolución de los videojuegos y la representación de género en los mismos.