- Claudia Curiel y los desafíos del sector cultural.
- Prometió una renovación profunda en los centros educativos de arte del país.
- El 2024 también fue un año de pérdidas para la cultura mexicana.
Claudia Curiel asumió el cargo como nueva secretaria de Cultura de México con un panorama complicado para el sector cultural. El Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum presentó un presupuesto de austeridad que, al igual que el de su predecesor Andrés Manuel López Obrador, implicó un recorte del 30% a las asignaciones culturales.
A pesar de las expectativas que generó Curiel por su cercanía con la mandataria y su trayectoria como gestora cultural, la noticia del recorte presupuestario y sus implicaciones para artistas y creadores abrió un profundo malestar en el sector, que, a pesar de todo, se mantuvo activo y vibrante durante 2024.
Uno de los puntos más controvertidos fue el anuncio de Curiel en diciembre sobre su enfoque prioritario: la educación artística. En su intervención en la conferencia matutina de la presidenta, la nueva secretaria destacó que el fortalecimiento de las 38 escuelas de enseñanza artística en el país sería una de sus principales tareas. Estas instituciones, históricamente relegadas durante los años de gobiernos neoliberales, enfrentan un deterioro estructural que llegó a un punto crítico cuando los estudiantes del Conservatorio Nacional de Música protagonizaron una protesta por la precariedad de la infraestructura y la calidad educativa.
CURIEL PROMETIÓ RENOVACIÓN PROFUNDA
En respuesta, Curiel prometió una renovación profunda en los centros educativos de arte del país, con una inversión en equipos, instrumentos y una actualización de los planes de estudio. La secretaria destacó que este esfuerzo tenía como objetivo asegurar una mejor formación y equipamiento para los futuros artistas mexicanos. Sin embargo, el reto es mayúsculo, ya que estos centros llevan más de 15 años sin una actualización significativa en su estructura educativa.
Además de la mejora en la enseñanza, la secretaria enfatizó que la nueva política cultural también fortalecería la cultura identitaria de México. En este sentido, destacó que los recortes presupuestarios beneficiaron a sectores históricamente marginados, como las comunidades indígenas, en áreas como el cine. La intención es equilibrar la balanza y otorgar más apoyo a estos grupos, a pesar de las críticas de cineastas que se sintieron desprotegidos por la redistribución de los fondos.
A pesar de estas promesas de transformación, el sector cultural sigue viviendo bajo la sombra de la austeridad, y uno de los temas que continúa generando debate es el uso de la Inteligencia Artificial en la creación artística. Mientras algunos artistas, como Julieta Aranda, alertan sobre el riesgo de que la IA limite la creatividad humana, otros, como los cineastas, se enfrentan a los efectos de los recortes en la producción cultural.
AÑO DE PÉRDIDAS PARA LA CULTURA MÉXICANA
El 2024 también fue un año de pérdidas para la cultura mexicana. El fallecimiento de figuras emblemáticas como Silvia Pinal, la última gran diva del cine de oro mexicano, y el guitarrista Javier Bátiz, dejaron un vacío en el panorama cultural del país. La música y el cine mexicano también dijeron adiós a talentos como Arturo García Tenorio, Gonzalo Correa, Mayka Montalvo y Verónica Toussaint, mientras que el rock mexicano perdió a Lino Nava, de la banda La Lupita.
La llegada de Claudia Curiel al frente de la Secretaría de Cultura ha sido un desafío constante entre la necesidad de transformación y el difícil contexto de austeridad. En medio de un panorama incierto, la funcionaria busca equilibrar el apoyo a la cultura con la difícil realidad de un presupuesto limitado, mientras se enfrenta a las exigencias de un sector que espera respuestas urgentes.
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