- Obesidad infantil en Coahuila: una crisis ignorada.
- Las medidas propuestas por la Sedu para abordar este problema son tardías y poco ambiciosas.
- La respuesta es insuficiente e ineficaz.
Torreón.- En el año 2020, Coahuila se enfrentó a una alarmante crisis de obesidad infantil, situándose en el cuarto lugar a nivel nacional en casos registrados. Los datos revelados por el Sistema de Apoyo y Reforzamiento Académico para la Planeación Educativa (SARAPE) de la Secretaría de Educación del Estado (Sedu) pintan un sombrío panorama: el 32.4% de los estudiantes de primaria se encontraban en sobrepeso u obesidad.
Estas cifras, que muestran un claro aumento respecto a años anteriores, deberían ser una llamada de atención para las autoridades de Coahuila. Sin embargo, la respuesta es insuficiente e ineficaz.
A pesar de la gravedad de la situación, las medidas propuestas por la Sedu para abordar este problema son tardías y poco ambiciosas. La implementación de una nueva estrategia a partir del ciclo escolar 2024-2025, que incluye la medición del peso y talla de los estudiantes, parece más un parche que una solución integral.
Mientras tanto, la falta de acción por parte de las autoridades ha permitido que la industria de la comida chatarra prospere en las escuelas, contribuyendo aún más a la epidemia de obesidad infantil. ¿Dónde están las regulaciones para limitar la venta y el consumo de estos productos dañinos?
Es hora de que las autoridades de Coahuila asuman su responsabilidad en la lucha contra la obesidad infantil. Se necesitan medidas urgentes y eficaces, así como una verdadera voluntad política para abordar las causas subyacentes de este problema y proteger la salud de las futuras generaciones.
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