• Coahuila es el tercer estado en violencia familiar.
• Hasta noviembre de 2024, registró 12,298 incidentes.
• Durante los primeros 11 meses de 2024, Coahuila recibió un total de 34,051 llamadas de auxilio.

Coahuila se encuentra en una posición alarmante en cuanto a violencia familiar, ubicándose en el tercer lugar a nivel nacional en este tipo de delitos. Según el último informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el estado ha mostrado cifras preocupantes en los últimos meses.

Hasta noviembre de 2024, Coahuila registró 12,298 incidentes de violencia familiar, lo que lo coloca en el octavo lugar en términos absolutos entre las entidades del país. Sin embargo, lo que resulta aún más inquietante es su alta tasa de incidencia: 366.1 casos por cada 100,000 habitantes, solo superado por Colima y la Ciudad de México, que encabezan la lista con tasas de 505.4 y 366.6, respectivamente. Esto refleja un patrón preocupante, que pone de manifiesto la vulnerabilidad de la población ante este tipo de delitos.

A lo largo de este año, la violencia familiar no solo ha sido un problema constante, sino que ha registrado un incremento significativo en las llamadas de emergencia. Durante los primeros 11 meses de 2024, Coahuila recibió un total de 34,051 llamadas de auxilio por violencia familiar, posicionándose en el cuarto lugar del país en este rubro. Estos datos son reflejo de la creciente crisis que atraviesa la entidad, que necesita con urgencia implementar medidas efectivas de prevención y protección.

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Aunque las autoridades estatales han apuntado diversas estrategias para reducir los índices de violencia familiar, como campañas de concientización y fortalecimiento de las redes de apoyo, los resultados siguen siendo insuficientes. Es urgente que se realicen ajustes en las políticas públicas y que se destinen más recursos para enfrentar este flagelo que afecta a miles de coahuilenses.

La violencia familiar en Coahuila se ha convertido en un problema de salud pública que requiere de una acción inmediata y más contundente. La situación no solo afecta a las víctimas directas, principalmente mujeres, sino que también pone en riesgo la estabilidad social de la región. La coordinación entre las autoridades locales, estatales y la sociedad civil será clave para revertir esta tendencia y garantizar la seguridad y bienestar de las familias coahuilenses.