- 44 bisontes llegan a Cuatro Ciénegas.
- Esta especie, que desapareció hace más de un siglo en la región, vuelve para recuperar el equilibrio ecológico y fortalecer la biodiversidad.
- Un esfuerzo de conservación que busca restaurar la biodiversidad en la Reserva El Santuario.
Cuatro Ciénegas, Coah.- La historia ecológica del norte de México acaba de sumar un capítulo decisivo: la llegada de 44 bisontes americanos a la Reserva El Santuario, en Cuatro Ciénegas, un acontecimiento que no solo marca un regreso simbólico, sino un avance concreto en los esfuerzos por restaurar la biodiversidad de la región.
El arribo de los ejemplares fue posible gracias a la Fundación Pro Cuatro Ciénegas, organización que trabaja para convertir el área en un modelo de sustentabilidad que combine educación ambiental, ciencia y ecoturismo responsable. Su objetivo es crear un espacio donde la conservación no solo se observe, sino que se viva y se estudie.
Un regreso esperado durante más de un siglo
El bisonte americano, considerado el mamífero terrestre más grande del continente, habitó el norte de México hasta principios del siglo XX, cuando la caza desmedida lo llevó a desaparecer por completo de la zona. Su retorno representa la oportunidad de recuperar parte del equilibrio ecológico que alguna vez caracterizó a los pastizales de la región.
Especialistas y autoridades confían en que los 44 ejemplares podrán adaptarse al entorno y comenzar un proceso de reproducción que permita establecer una población estable a mediano plazo.
Una especie clave para los ecosistemas
El papel del bisonte en el ambiente es determinante: su pastoreo controla el crecimiento excesivo de pastizales, promueve la diversidad vegetal, enriquece el suelo y facilita la infiltración del agua. Su presencia transforma el paisaje y fortalece la salud del ecosistema.
Actualmente, la especie ya se encuentra en otros espacios protegidos de México, como la Reserva Natural El Carmen, donde fueron introducidos ejemplares en 2019. Sin embargo, la llegada a Cuatro Ciénegas representa un paso especialmente relevante por la fragilidad ecológica del valle, considerado uno de los sitios de mayor importancia biológica en el país.
Este nuevo capítulo abre la puerta a un futuro más prometedor para la región y para una especie que regresa, después de más de un siglo, al lugar que alguna vez fue su hogar.







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