- Hallan un molar de mamut de 12 mil años en Cuatro Ciénegas.
- El descubrimiento refuerza la riqueza paleontológica de la región y analizado por el INAH.
- Bajo el suelo del desierto coahuilense aún yacen historias de gigantes.
Un descubrimiento fortuito en Cuatro Ciénegas, Coahuila, ha vuelto a poner los ojos del país en la riqueza paleontológica del norte mexicano. Mientras realizaban excavaciones para construir una alberca en el patio de su vivienda, los propietarios encontraron lo que más tarde identificado como un molar de mamut colombino (Mammuthus columbi) con una antigüedad aproximada de 12 mil años.
El fósil, hallado en buen estado de conservación, pertenece a una de las especies de megafauna más representativas de la Era de Hielo, cuando el altiplano coahuilense era un territorio frío y húmedo. El hallazgo casual reafirma la condición de Cuatro Ciénegas como una joya paleontológica, reconocida a nivel mundial por su biodiversidad y sus ecosistemas únicos.
Tras el descubrimiento, los propietarios dieron aviso a especialistas para confirmar la relevancia de la pieza. En un video que circula en redes sociales, Jesús Alarcón y el biólogo Arturo Contreras mostraron el molar y explicaron su contexto histórico.
“Durante la Era de Hielo, que comenzó hace unos 80 mil años y terminó hace aproximadamente 12 mil, Cuatro Ciénegas se encontraba en una zona muy fría. Fue en esa época cuando llegaron los mamuts y mastodontes a esta parte del continente”, explicó Contreras.
El especialista añadió que estos grandes herbívoros solían habitar zonas lacustres y pantanosas, donde encontraban alimento y agua, y donde también podían quedar atrapados, lo que ha permitido conservar restos fósiles en el subsuelo de la región.
Este nuevo hallazgo se suma a otros registros de megafauna del Pleistoceno en Coahuila, un estado que ha revelado valiosa información sobre la fauna prehistórica de México. El molar registrado y, probablemente, resguardado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su análisis y conservación.
La noticia ha despertado curiosidad entre los habitantes de Cuatro Ciénegas y entusiasmo en la comunidad científica. Más allá de la anécdota doméstica, el hallazgo recuerda que bajo el suelo del desierto coahuilense aún yacen historias de gigantes, esperando ser descubiertas —a veces— en el lugar más inesperado: el patio de una casa.







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