- Explosión de Starship: el mayor reto de SpaceX.
- Hasta ahora, SpaceX había logrado avances significativos con Starship.
- Starship aún no ha logrado alcanzar la órbita terrestre.
SpaceX, la compañía espacial de Elon Musk, sufrió un revés significativo en su séptimo vuelo de prueba de Starship, su megacohete diseñado para llevar a los primeros astronautas a la Luna desde 1972. La misión, que representaba un paso clave en la evolución de esta ambiciosa nave, terminó en una explosión sobre el Caribe a 143 kilómetros de altura, apenas ocho minutos y medio después de su despegue desde Boca Chica, Texas.
La nave no tripulada, que alcanzó una velocidad de más de 19,000 kilómetros por hora, dejó una lluvia de restos que obligó al desvío de decenas de aviones en la región. La Agencia Federal de Aviación de EE.UU. (FAA) investiga el incidente, lo que podría retrasar futuros lanzamientos de la compañía, pese a contar con autorizaciones previas para múltiples pruebas.
Un paso atrás en un camino lleno de desafíos
Hasta ahora, SpaceX había logrado avances significativos con Starship, incluyendo el aterrizaje controlado de sus componentes principales: el Super Heavy Booster y la sección superior, conocida también como Ship. Sin embargo, esta explosión marca un retroceso en sus avances, situando el programa nuevamente en una etapa similar a su segundo ensayo.
Elon Musk reaccionó al incidente compartiendo un video de la explosión en su red social X y minimizó la situación: «El éxito es incierto, pero el entretenimiento está garantizado». Por su parte, SpaceX emitió un comunicado explicando que el megacohete experimentó un «rápido desmontaje no programado», un término que las empresas espaciales utilizan como eufemismo para referirse a explosiones controladas.
La compañía también señaló un posible incendio en la sección de cola de la nave como causa del incidente. Musk prometió realizar ajustes para evitar nuevos fallos y aseguró que, hasta el momento, no se contempla retrasar el próximo lanzamiento, programado para febrero de 2025.
El desafío orbital y la competencia con Jeff Bezos
Starship aún no ha logrado alcanzar la órbita terrestre, un objetivo esencial para su funcionalidad en misiones espaciales. Este contraste se vuelve más evidente tras el exitoso despegue y llegada a órbita del cohete New Glenn, desarrollado por Blue Origin, la empresa espacial de Jeff Bezos.
Para SpaceX, lograr una mayor frecuencia de lanzamientos será clave. Con dos vuelos en 2023 y cuatro en 2024, la compañía planea realizar hasta dos docenas de pruebas en 2025 para cumplir con objetivos como enviar varias naves a Marte en 2026 y desarrollar un módulo lunar para la misión Artemis 3 de la NASA, ahora programada para 2027.
La carrera espacial continúa
A pesar del fallo, la NASA mantiene la confianza en SpaceX. Bill Nelson, administrador de la agencia, reconoció los logros de la compañía y destacó la importancia de las pruebas: «Los vuelos espaciales no son fáciles. Cada prueba nos acerca más a nuestro camino hacia la Luna y Marte».
SpaceX enfrenta el reto de demostrar que su megacohete, considerado el más grande y potente de la historia, puede superar los desafíos técnicos y convertirse en una pieza clave para la exploración espacial del futuro.
Mechazilla has caught the Super Heavy booster! pic.twitter.com/aq91TloYzY
— SpaceX (@SpaceX) January 16, 2025
Success is uncertain, but entertainment is guaranteed! ✨
— Elon Musk (@elonmusk) January 16, 2025
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