Un estudio liderado por el University College de Londres ha identificado posibles casos de transmisión del Alzheimer a cinco personas en el Reino Unido.
Estos individuos fueron tratados con hormonas del crecimiento extraídas de cadáveres en un experimento involuntario que se llevó a cabo hasta 1985.
La investigación revela una conexión entre el tratamiento con estas hormonas y el desarrollo posterior de la enfermedad de Alzheimer, constituyendo los primeros casos conocidos de transmisión de esta patología.
Este experimento, inicialmente realizado para abordar problemas de baja estatura, se detuvo en 1985 al descubrirse que las inyecciones de hormonas de pituitaria podrían transmitir priones asociados a enfermedades como el mal de Creutzfeldt-Jakob.
Además, los pacientes tratados con estas hormonas han mostrado acumulaciones anómalas de proteínas beta amiloide en el cerebro, asociadas al Alzheimer.
Aunque se subraya que los tratamientos se eliminaron hace décadas y que no hay evidencia de que las beta amiloides se transmitan en otros contextos, el estudio destaca la importancia de revisar las medidas actuales para prevenir la transmisión accidental del Alzheimer en procedimientos quirúrgicos invasivos.
La investigación podría arrojar luz sobre los mecanismos de la enfermedad, que aún carece de un tratamiento efectivo, y destaca la necesidad de mayor vigilancia y precaución en procedimientos médicos invasivos.
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