- Otoño más cálido y seco: México enfrentará menos lluvias.
- Habrá menos frentes fríos.
- Conagua prevé temperaturas de hasta 3 °C arriba del promedio y menos frentes fríos por la influencia de La Niña.
Ciudad de México.- Tras una temporada de lluvias récord que dejó presas llenas e inundaciones en varias regiones, México se prepara para un cambio en las condiciones climáticas con la llegada del otoño. De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), las precipitaciones disminuirán de manera gradual desde mediados de octubre, mientras los frentes fríos comenzarán a marcar el descenso de temperaturas hasta mayo del próximo año.
Sin embargo, este 2025 el otoño e invierno serán más cálidos y secos de lo habitual. Conagua prevé temperaturas de entre uno y tres grados Celsius por encima del promedio de los últimos 35 años, una anomalía atribuida a la formación de La Niña, fenómeno climático que modifica las condiciones del Pacífico y provoca inviernos más calientes en el norte del país.
Menos frentes fríos y más calor
La temporada de frentes fríos suele registrar en promedio 50 sistemas entre septiembre y mayo, pero para este ciclo se esperan 48, en línea con los efectos de La Niña.
A esta tendencia se suma el impacto de la crisis climática, que ha incrementado de forma sostenida la temperatura global. Según datos oficiales, México pierde en promedio un día de heladas cada 15 años, un cambio que se viene registrando desde 1950.
¿Cuándo dejará de llover en Ciudad de México?
Las lluvias continuarán hasta mediados de octubre, principalmente en el sur de la capital. Aunque noviembre traerá una baja notable en las precipitaciones, este mes coincide con el fin de la temporada de ciclones tropicales y el inicio de los frentes fríos, lo que podría alargar los últimos temporales del año en el centro y norte del país.
La meteoróloga Christian Rodríguez, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, advierte que México está saltando “de un extremo a otro”: de sequías prolongadas a lluvias extraordinarias. Estos cambios, afirma, son consecuencia de la crisis climática y requieren políticas públicas de preparación y respuesta, además de la corresponsabilidad de la ciudadanía.
“Venimos de un periodo con demasiada agua y ahora transitaremos hacia un régimen más seco y caliente. Los eventos extremos están ligados a la crisis climática, pero cómo los enfrentemos depende tanto del Gobierno como de los ciudadanos”, enfatiza Rodríguez.







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