- Beatriz Gutiérrez: feminismo silencioso, academia y vida pública.
- Su libro, lejos de ser un tratado feminista convencional, se presenta como una “autoentrevista”.
- En sus reflexiones, Gutiérrez Müller también se hace eco de la premisa de que “lo personal es político”.
Beatriz Gutiérrez Müller, escritora y académica de 55 años, ha navegado en los últimos seis años en la compleja dinámica de ser la esposa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
En su nuevo libro, Feminismo silencioso, Gutiérrez Müller comparte su experiencia en el Palacio Nacional y reflexiona sobre el papel que ha desempeñado en la esfera pública, marcado por la búsqueda de su independencia y la defensa de su individualidad.
Un Rol Inesperado
Desde el inicio de su vida como primera dama, Gutiérrez Müller ha mostrado una clara intención de evitar las atribuciones tradicionales que a menudo se asocian con este título. Aunque ha cumplido con algunos encargos de su esposo, se ha mantenido firme en su compromiso con la academia y su familia. En sus propias palabras, se siente “harta de tener tantas responsabilidades y no poder descansar”, pero ya lo dice “sin rabia”, pues considera que su tiempo en esta posición está llegando a su fin.
Su libro, lejos de ser un tratado feminista convencional, se presenta como una “autoentrevista” que explora su identidad como mujer en el poder.
Ella considera que el término «primera dama» es un concepto machista que debe reevaluarse, sugiriendo que las responsabilidades de este rol deberían ser reguladas legalmente. A través de sus páginas, Gutiérrez Müller expone la presión que siente como esposa de un presidente, donde la privacidad se ve comprometida y la familia se convierte en un punto de atención pública.
Feminismo Silencioso
El concepto de “feminismo silencioso” que propone Gutiérrez Müller no se enmarca en una lucha colectiva, sino en una actitud individualista de bonhomía. Afirma que la mayoría de las mujeres están a favor de cualquier acción que promueva su bienestar, pero a menudo carecen del tiempo o los medios para expresarlo. A pesar de reconocer el activismo de generaciones pasadas que ha permitido los avances en derechos, ella enfatiza la importancia de la resistencia silenciosa y el papel que juega cada mujer en su vida diaria.
En sus reflexiones, Gutiérrez Müller también se hace eco de la premisa de que “lo personal es político”, pero su enfoque es más introspectivo y menos crítico del sistema en el que vive. A pesar de reconocer la violencia de género y los asesinatos de mujeres en México, ella recomienda enfocarse en causas específicas, evitando una lucha que pueda diluir la esencia del feminismo.
Un Espacio para la Individualidad
Gutiérrez Müller se distancia de la figura típica de la primera dama, defendiendo su derecho a tener una vida propia y su deseo de verse como un individuo, no como una extensión de su esposo. En su libro, declara: “El matrimonio no somos uno, somos dos conciencias”, lo que refleja su determinación de ser reconocida por su propia historia y contribuciones.
A lo largo de su relato, Gutiérrez Müller aborda las dificultades de ser la persona más cercana al líder de una nación, donde las expectativas y las críticas se intensifican. A pesar de la falta de atención a sus actividades académicas, ella persiste en su compromiso con la educación y la crianza de su hijo, Jesús Ernesto, buscando protegerlo del ruido mediático que rodea al Palacio Nacional.
0 comentarios