A pesar de las expectativas, el Banco de México ha optado por mantener inalterada su tasa de interés objetivo en un 11.25%, su nivel máximo desde 2008, debido a la persistente inflación en el país. La reciente inflación anual del 4.88% en enero, reportada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), ha motivado esta decisión, especialmente considerando el aumento mensual del 0.89%, el más alto para un inicio de año desde 2017.
Los miembros de la Junta de Gobierno del banco han identificado diversos factores como los choques de oferta, la depreciación cambiaria y los conflictos geopolíticos, como la guerra en Ucrania, como riesgos inflacionarios continuos. A pesar de la posibilidad de una menor actividad económica y una menor presión sobre los costos, el balance de riesgos sigue inclinándose hacia una inflación más alta, según advierte el banco en su comunicado.
Se prevé que la inflación seguirá siendo un desafío en el corto plazo, lo que ha llevado al Banco de México a revisar al alza sus perspectivas inflacionarias y a mantener su compromiso con una postura monetaria restrictiva. Aunque se espera que la tasa de interés se ajuste en futuras reuniones, aún se mantiene en 11.25%, lo que impacta en diversos aspectos del sistema financiero nacional, desde préstamos hasta tarjetas de crédito.
Los analistas, consultados por Citibanamex, anticipan que el primer recorte de tasas podría llegar en marzo, con un pronóstico mediano del cierre de año en un 9.50%. Sin embargo, la incertidumbre económica persiste, especialmente después de que el Inegi informara una desaceleración en la actividad económica durante el último trimestre de 2023, lo que podría estar ejerciendo presión sobre el banco central para revisar su postura.
Aunque la economía mexicana mostró un crecimiento robusto en 2023, con un 3.1% estimado por el Inegi, la desaceleración al final del año pasado ha levantado preocupaciones sobre el impacto de las altas tasas de interés en la expansión económica.
Este contexto desafiante resalta la importancia de una política monetaria cuidadosamente calibrada en un entorno de inflación persistente y crecimiento económico moderado.
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