El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha desestimado con firmeza las recientes afirmaciones provenientes de informes basados en fuentes anónimas de la DEA, que sugieren una investigación sobre supuestas aportaciones ilícitas de narcotraficantes a su campaña presidencial de 2006.
López Obrador ha calificado estas alegaciones como calumnias sin fundamento, destacando la ausencia de pruebas en los reportajes. Asegura que estas publicaciones están vinculadas al actual escenario electoral en México, donde se disputa la presidencia y el Congreso federal.
En una conferencia de prensa, el presidente expresó su rechazo a las acusaciones: «Es completamente falso, es una calumnia, están desde luego muy molestos, y lamentablemente la prensa, como hemos visto no solo en México, en el mundo, está muy subordinada al poder». López Obrador no solo ha negado las acusaciones, sino que también ha lanzado críticas contundentes hacia el Gobierno estadounidense y los medios que han difundido la información.
La periodista Anabel Hernández y los medios estadounidenses ProPublica e Insight Crime publicaron reportajes que detallan una supuesta investigación de la DEA sobre contribuciones ilegales a la campaña de López Obrador en 2006. Aunque los informes indican que no hay pruebas concluyentes de la participación del presidente en las aportaciones ilícitas, subrayan la presunta procedencia del dinero del Cártel de Sinaloa.
La respuesta de López Obrador no se limitó a la negación de las acusaciones. Elevó sus críticas al Gobierno estadounidense, cuestionando la ética de permitir prácticas inmorales. «Denuncio al Gobierno de Estados Unidos de permitir estas prácticas inmorales y contrarias a la ética política que debe de prevalecer en todos los gobiernos del mundo», afirmó. Además, el presidente sugirió que informaría al presidente estadounidense, Joe Biden, sobre estas alegaciones.
El mandatario mexicano también vinculó estas acusaciones a su decisión de limitar el poder de los agentes encubiertos en México, especialmente después del escándalo diplomático relacionado con la detención del exsecretario de la Defensa Salvador Cienfuegos en 2020. López Obrador argumenta que estas acciones han generado molestias en las agencias estadounidenses.
En última instancia, las acusaciones periodísticas apuntan a la posible implicación de colaboradores cercanos de López Obrador en el presunto cobro de sobornos por parte del narcotráfico. Con nombres como Nicolás Mollinedo y Mauricio Soto Caballero en la mira, los informes sugieren que los narcotraficantes buscaban influir en la designación del Fiscal General en caso de la victoria de López Obrador en 2006.
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