- ‘La esquina del diablo’: otra vez un camión fuera de control.
- Vecinos denuncian décadas de accidentes sin respuesta del Gobierno y daños graves en varias viviendas.
- Llevan años pidiendo una solución y las autoridades siguen brillando por su ausencia.
A unos pasos de la estación del Cablebús Vasco de Quiroga, en la alcaldía Álvaro Obregón, la calle Paso Florentino se transforma en una trampa mortal. Los primeros 50 metros apenas elevan el terreno, pero la inclinación crece hasta alcanzar entre 40 y 55 grados, un tramo que los vecinos bautizaron como ‘la esquina del diablo’ por la cantidad de accidentes registrados durante años.
El más reciente ocurrió la noche del miércoles, cuando un camión repartidor de refrescos perdió el control al descender. El vehículo golpeó la casa número 69 y, con la fuerza del impacto, terminó reventando el muro de otra vivienda más abajo.
“El impacto de ver la casa abierta fue muy fuerte”, relata Rodrigo Ramos Rivas, familiar de los adultos mayores que viven ahí. Mientras espera a la aseguradora, ha cubierto el agujero con una lona negra.
Una zona olvidada pese a los riesgos
La mañana siguiente al accidente, unas treinta personas —trabajadores de la alcaldía, personal de servicios y vecinos— se congregaron en la zona. Entre ellos está la familia de Josefina Santana Rodríguez, una mujer de más de 90 años que vive en la casa número 65, justo en la curva más peligrosa.
“Le hemos dicho que se mude, pero no quiere”, cuenta su hija María Angélica. Fue su nieta quien la alertó del accidente tras ver un video, pero la familia no llegó sino hasta el día siguiente.
Mientras los trabajadores rompían parte del asfalto para retirar unas barreras de fierro instaladas por la señora Santana como protección, su hijo Rubén defendía su improvisado muro: “Nosotros las encajamos con cemento, no como esas que están sobrepuestas”.
Tres décadas de alertas, cero soluciones
A pesar del movimiento en la zona y de las cintas de precaución, los autos siguen descendiendo por la calle, obligando a los vecinos a hacerse a un lado. “No puede ser con esta gente”, murmura una mujer mientras carga a su perro Chihuahua envuelto en una cobija.
El origen del problema es motivo de debate: algunos afirman que empezó hace 15 años, otros hace 10 u 8. Pero todos coinciden en una cosa: el pavimento nuevo volvió la pendiente incontrolable. Los autos se derrapan, especialmente cuando llueve.
Fernando Ramírez López, vecino de Paso Mayor, recuerda un accidente de hace décadas:
“Un coche no pudo subir y se fue de reversa. Aplastó a una niña… tuvo 13 operaciones, pero falleció”. Este medio no encontró registros oficiales del caso, pero la historia circula entre la comunidad como una herida que nunca cerró.
Ramírez López concluye con amargura: “No sé por qué no les importamos. Tal vez porque somos clase obrera, pero somos igual de importantes”.
Vecinos resignados y autoridades ausentes
Ramos Rivas espera a la aseguradora, mientras trabajadores municipales retiran escombros. La alcaldía ofreció colocar tablas de triplay para cerrar temporalmente el muro roto, pero los vecinos las rechazaron: temen que, si aceptan un parche, la reparación definitiva nunca llegue.
Rubén, hijo de la señora Santana, señala con ironía el caos que quedó tras los trabajos apresurados:
“Mira, tómale fotos para que se vea lo bonito que dejaron todo”.
Mientras tanto, la calle sigue abierta para los vehículos. La pendiente sigue ahí. Y ‘la esquina del diablo’ continúa cobrando daños… y poniendo vidas en riesgo.
Por fortuna sin lesionados camión de Jarritos impactado en fachada de domicilio… Álvaro Obregón colonia la cebada. pic.twitter.com/y1TRCBtqeF
— Raúl Gutiérrez (@RaulGtzNR) November 27, 2025







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